sábado, 9 de febrero de 2013

PERFIL DEL AFORTUNADO POSEEDOR DE UN VOLKSWAGEN CLÁSICO



S
i eres el afortunado poseedor de un Volkswagen clásico, automáticamente habrás de pertenecer a una vasta hermandad que abarca todo el mundo con representación en cualquier lugar donde exista una senda o camino para circular con tu VW clásico.-
         En todas las geografías: llanuras, montañas, desiertos, selvas e incluso la propia Antártida; en todos los climas: fríos, templados, cálidos o tropicales, encontrarás siempre un hermano VW que te comprenderá, como Vos a él, aún cuando no hable tu mismo idioma.-
         Esta cofradía de propietarios de viejos VW es algo vital y positivo que no se rige por las abstractas normas de una personería jurídica, ni impone condiciones de ingreso, cuotas al día, o carnet de socio. Basta con sólo amar al auto más carismático y emblemático del mundo para quedar incorporado a ella de pleno derecho cualquiera sea el lugar donde te encuentres.-
         Y es también sugerente como el aficionado VW forma un conglomerado distinto, bien definido, del resto de los mortales.-
         En ese sentido, podemos decir de él que tiene una actitud positiva hacia la vida, es resuelto, sano, de buen humor, creativo, individualista, trabajador y por último (last but not least) que vive con las glorias del pasado y con los sueños del futuro.
         Tiene buenas maneras, es atento y servicial, de sana curiosidad, y por sobre todo, quiere entrañablemente a su VW clásico, nuevo o viejo, alemán, brasilero o mexicano, tuneado u original, del cual se refiere como si fuera un ser animado o alguien más de la familia. Por ello mismo manifiesta una inveterada ceguera para todos sus defectos. Es locuaz sin medida cuando le tocan el tema de los VW refrigerados por aire, pero enmudece si alguien que no entiende de su pasión interpone en la conversación un tema distinto.-
         No es un sectario; al contrario, si alguien demuestra interés en los VW, lo encontrará con los brazos abiertos ofreciéndole toda la ayuda que pueda brindarle para atraerlo a su credo. Invariablemente detendrá su marcha si ve al costado del camino a otro congénere en problemas.-
Tiene la disciplina propia de aceptar lo bueno y lo malo con la misma sonrisa benevolente. Tiene plena confianza en sí mismo y en su VW, tanto cuando se lo compara contra ivales más modernos o potentes, como cuando con sobria alegría protagoniza hazañas imposibles para cualquier otro auto. Gana o pierde, llega tercero o último, sigue adelante con su Volkswagen que siempre anda y anda y anda (“lauft, und lauft, und lauft”).-
         Tal vez esta descripción que hemos hecho resulte para algunos extremadamente rosa...., pues bien, vamos a admitir que hay raras excepciones, pero ellas confirman la regla.-
         El propósito de este editorial ha sido demostrarte que perteneces a un selecto grupo, claro y definido, y que esta noble pasión tuya te da un sello de distinción nada despreciable en los masificantes tiempos que corren.-
         A quién de nosotros le importa que los VW clásicos no tengan aire acondicionado, dirección asistida o inyección, que su muy simpática forma esté pasada de moda según los caprichos estilísticos actuales, o que directamente carezcan de potencia, elevada velocidad final y suficiente espacio en su baúl. Sobre todo cuando su seguro andar durante el viaje nos permite redescubrir y disfrutar plenamente del paisaje, o por las cariñosas muestras de simpatía de grandes y niños en cada semáforo.-
         Los conductores ajenos a todo ello, de esos que tripulan súper eficientes y modernas naves nacidas en el túnel de viento, pero más impersonales que un microondas, con toda seguridad no nos comprenderán.-
         Y ciertamente les asiste la razón, ellos jamás entenderán el placer y orgullo, sólo a nosotros reservado, de tener a nuestro lado un hermoso VW clásico con el cual perpetuar juntos la diaria saga de esta verdadera leyenda viviente.-
Fernando E. Pisano. (Socio Co-Fundador del “AVC”).-





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