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i eres el afortunado poseedor
de un Volkswagen clásico, automáticamente habrás de pertenecer a una vasta
hermandad que abarca todo el mundo con representación en cualquier lugar donde
exista una senda o camino para circular con tu VW clásico.-
En todas las geografías: llanuras, montañas, desiertos,
selvas e incluso la propia Antártida; en todos los climas: fríos, templados,
cálidos o tropicales, encontrarás siempre un hermano VW que te comprenderá,
como Vos a él, aún cuando no hable tu mismo idioma.-
Esta cofradía de propietarios de viejos VW es algo vital y positivo
que no se rige por las abstractas normas de una personería jurídica, ni impone
condiciones de ingreso, cuotas al día, o carnet de socio. Basta con sólo amar
al auto más carismático y emblemático del mundo para quedar incorporado a ella
de pleno derecho cualquiera sea el lugar donde te encuentres.-
Y es también sugerente como el
aficionado VW forma un conglomerado distinto, bien definido, del resto de los
mortales.-
En ese sentido, podemos decir de él que
tiene una actitud positiva hacia la vida, es resuelto, sano, de buen humor,
creativo, individualista, trabajador y por último (last but not least) que vive
con las glorias del pasado y con los sueños del futuro.
Tiene buenas maneras, es atento y
servicial, de sana curiosidad, y por sobre todo, quiere entrañablemente a su VW
clásico, nuevo o viejo, alemán, brasilero o mexicano, tuneado u original, del
cual se refiere como si fuera un ser animado o alguien más de la familia. Por
ello mismo manifiesta una inveterada ceguera para todos sus defectos. Es locuaz
sin medida cuando le tocan el tema de los VW refrigerados por aire, pero
enmudece si alguien que no entiende de su pasión interpone en la conversación
un tema distinto.-
No es un sectario; al contrario, si
alguien demuestra interés en los VW, lo encontrará con los brazos abiertos
ofreciéndole toda la ayuda que pueda brindarle para atraerlo a su credo.
Invariablemente detendrá su marcha si ve al costado del camino a otro congénere
en problemas.-
Tiene la
disciplina propia de aceptar lo bueno y lo malo con la misma sonrisa
benevolente. Tiene plena confianza en sí mismo y en su VW, tanto cuando se lo
compara contra ivales más modernos o potentes, como cuando con sobria alegría
protagoniza hazañas imposibles para cualquier otro auto. Gana o pierde, llega
tercero o último, sigue adelante con su Volkswagen que siempre anda y anda y
anda (“lauft, und lauft, und lauft”).-
Tal vez esta descripción que hemos hecho resulte para
algunos extremadamente rosa...., pues bien, vamos a admitir que hay raras
excepciones, pero ellas confirman la regla.-
El propósito de este editorial ha sido demostrarte que
perteneces a un selecto grupo, claro y definido, y que esta noble pasión tuya
te da un sello de distinción nada despreciable en los masificantes tiempos que
corren.-
A quién de nosotros le importa que los VW clásicos no tengan
aire acondicionado, dirección asistida o inyección, que su muy simpática forma
esté pasada de moda según los caprichos estilísticos actuales, o que
directamente carezcan de potencia, elevada velocidad final y suficiente espacio
en su baúl. Sobre todo cuando su seguro andar durante el viaje nos permite
redescubrir y disfrutar plenamente del paisaje, o por las cariñosas muestras de
simpatía de grandes y niños en cada semáforo.-
Los conductores
ajenos a todo ello, de esos que tripulan súper eficientes y modernas naves
nacidas en el túnel de viento, pero más impersonales que un microondas, con
toda seguridad no nos comprenderán.-
Y ciertamente
les asiste la razón, ellos jamás entenderán el placer y orgullo, sólo a
nosotros reservado, de tener a nuestro lado un hermoso VW clásico con el cual
perpetuar juntos la diaria saga de esta verdadera leyenda viviente.-
Fernando E. Pisano. (Socio Co-Fundador del “AVC”).-
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